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El alquiler de un carro permite conocer más y mejor en menos tiempo

El alquiler de un carro permite conocer más y mejor en menos tiempo
Tiempo y dinero dos variantes que valen la pena ahorrar en Medellín con un carro alquilado.  

Al llegar a Medellín  nada mejor que un paseo, para eso la manera más económica y ágil es alquilar un carro y empezar a recorrer pueblos, visitar sitios turísticos a las afuera de la ciudad y aventurarse a nadar en ríos de aguas claras. 

A tan solo dos horas de la ciudad está el municipio de San Pedro de los Milagros,  con un clima templado, y colores imponentes en sus paisajes, el verde de sus montañas causa una sensación impactante y realmente preciosa, es sin duda uno de los lugares a los que vale la pena ir y un carro alquilado es una excelente opción.

Algo de bruma, neblina, pastos de grandes extensiones y gran cantidad de vacas  se observan, es la vista recurrente desde el interior del carro, la vía tiene muy buen estado y  es motivante detener el vehículo cada tanto para registrar en fotografías la hermosura del paisaje, respirar un aire limpio y sentir el poder la naturaleza. 

Al llegar al parque principal del municipio, como en la gran mayoría de municipios de Antioquia, su iglesia se impone, varios cafés y restaurantes, gente amable, un par de saludos y un rico desayuno. Luego de nuevo al carro y retomar el camino emprendido desde Medellín. 

De nuevo en la vía, el paisaje sigue siendo encantador, ahora la  carretera tiene un leve descenso y la temperatura sube un poco, empezamos a ver un paisaje de cuento, un río, árboles, casitas pequeñas de tejas de barro, campesinos en sus mulas y niños jugando al lado del río. 

Belmira es el municipio al que nos acercamos y en el que decidimos detenernos para sentarnos a la orilla del río, mojar nuestros pies, ver el sol y el cielo, mientras intentamos pescar algo con una varas improvisadas construidas en el lugar. 

Algo de pescado, la brisa fría del lugar, unas cuantas vacas, pájaros, flores, el sonido de los árboles sacudidos por el viento y tres lugareños con quienes compartimos un par de diálogos hicieron de ese viaje algo maravilloso.

Valió la pena, es verdad, es cierto, este viaje fue posible y cómodo en un carro alquilado.


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